Varias empresas se decantan por una energía limpia, como una estrategia para reducir las emisiones contaminantes que generan sus procesos productivos. La inversión en este tipo de proyectos es considerable, sin embargo, los réditos de este esfuerzo van más allá del altruismo y la conservación, convirtiéndose en relevancia social, ahorro y trascendencia ante un consumidor cada vez más preocupado por el cuidado ambiental.
Para explicar el párrafo anterior, vamos a contarles el caso de Lácteos San Antonio C.A. - Nutri que, gracias a la implementación de tecnologías renovables, recibió un reconocimiento de la Comisión de Gestión Ambiental (CGA), la autoridad del cantón Cuenca responsable de la planificación ordenada del desarrollo sustentable a través de programas que incentivan a la participación integral de entes de desarrollo, incluida la empresa privada.
El proyecto solar fotovoltaico instalado en las cubiertas de la planta principal de Lácteos San Antonio es capaz de generar energía limpia, convirtiendo la luz del sol directamente en electricidad, evitando la emisión de 632,32 toneladas de dióxido de carbono (CO2) anuales; lo que significa el trabajo de 790.394 árboles maduros en ese mismo lapso. La inversión supera el millón de dólares. “La planta cuenta con una capacidad de 1000 kwp, sobrepasando la energía demandada internamente y la generada por otros proyectos similares en el país”, señala Luis David Moncayo, gerente general.
Las tecnologías renovables resultan eficientes en la lucha contra el cambio climático y permiten fijar la mirada de organismos nacionales e internacionales en las empresas que apuestan por ellas y, además, generan ese valor extra que los consumidores actuales exigen.