QATAR 2022, EL SUEÑO DE UN PIBE DE ROSARIO

QATAR 2022, EL SUEÑO DE UN PIBE DE ROSARIO
Qatar 2022 fue la coronación de un nuevo rey del fútbol que, ante la ausencia de ‘O Rei’, adquiere un nuevo significado para quienes viven, comen y respiran fútbol. Qatar fue una oración a ‘D10S’ que en el cielo alentaba a Lionel con Don Diego y la Tota en el último penal de la final. 

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Pero Qatar también fue ese 2 a 0 de Ecuador frente a los locales, fue ese gol de Enner Valencia que mandó a callar la boca de sus detractores y que también amargó a Chile y Perú que hicieron todo lo posible para que ese pequeño país de la mitad del mundo no juegue ese partido inaugural, soñado por todos. Qatar además fue la sorprendente derrota de Argentina ante una Arabia que decidió creer y de Cristiano anotando goles en cada uno de los partidos que jugó. 

Qatar fue los seis goles que Inglaterra le clavó a Irán y los 7 que España le embolsó a Costa Rica, con un Luis Enrique que se convertió en ‘Streamer’ mientras dirigía a una selección de jóvenes. Qatar fue Tik Tok y sus usuarios mostrando la belleza del país y su alegría por la Copa, fue las batallas de los nuevos “opinólogos” del fútbol disfrazados de periodistas. 

Qatar fue las sorpresas de Marruecos, Japón, Australia y Corea metiéndose entre los 16 mejores del mundo, pero también fue las ilusiones de Gonzalo Plata, estrellando un balón contra el palo ante Países Bajos, ese pudo ser y no fue que siempre acompaña la melancolía de los ecuatorianos cuando recuerdan esa dolorosa eliminación ante Senegal, en un partido cruel, que les dio esperanzas con el 1 a 1 de Moisés Caicedo, pero que terminó 2 a 1. Este mundial fue la desesperación de Suárez al ver a su Uruguay tan cerca y tan lejos de los octavos, fue las ansias mexicanas por un gol que esperaban para estallar de júbilo y nunca llegó. 

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Qatar fue el baile de Brasil con Richarlison y su técnico Tite a la cabeza luego del 4 a 1 ante Corea del Sur en los octavos de final, fue la explosión de un grito argentino con los goles de Messi frente México y Australia, dos remates que hicieron explotar el sentimiento albiceleste. Fue también la sonrisa de Inglaterra, Francia y Holanda que reafirmaban que esto más que un mundial, por un instante parecía una Eurocopa. 

Qatar fue Messi vengando a Riquelme con su tradicional festejo del ‘Topo Gigo’ y diciendo a los holandeses: “Que mirás bobo, anda para allá bobo”, con esa tonalidad única que tienen los argentinos, en un partido de cuartos de final que tuvo que definirse por penales. Y si de penales hablamos, Qatar fue la alegría desbordada de Neymar contra Croacia al anotar en el tiempo extra y soñar en semifinales, pero también fue el estoicismo de Modric y su arquero Livacovic para empatar el partido e irse a los penales, donde este último sería la gran figura al atajar casi todo a los brasileños y dejarlos ahí, colgados para siempre en su tristeza. Esta Copa fue aquel Marruecos frente a Portugal que dejó para la historia a Cristiano Ronaldo entre lágrimas y abatido por un equipo que ya no lo consideraba su símbolo y por un técnico que se atrevió a sentarlo. Fue esa imagen del gran ‘Comandante’ llorando solo camino al vestuario. Fue el mundial de una Francia arrolladora que también jugó con la suerte del campeón para respirar mientras el delantero inglés Harry Kane mandaba a las nubes el penal que hubiese puesto el empate a dos en aquel mágico encuentro. 

Qatar fue el partido de la consagración de Julián Álvarez frente a Croacia, fue el baile de Messi a Gvardiol, fue la despedida del gran ‘Luka’ que salió del campo de juego aplaudido por la hinchada rival. Fue además el 2 a 0 de Francia a Marruecos y la caída de un equipo que más allá del fútbol tuvo el temple para dejar fuera a los grandes candidatos y que plasmó la imagen del amor sublime a la madre en la victoria y en la derrota.  

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Pero, sin lugar a duda, Qatar fue la final más épica de todos los mundiales, fue el partido soñado por todos y cada uno de los fanáticos del fútbol, fue los dos goles de Argentina y también los dos goles de Mbappé en dos minutos, fue la explosión de Lionel Messi y del mundo entero al ver que el remate del 10 argentino cruzó la línea de meta en el 3 a 2; pero además fue la angustia sudamericana cuando, casi enseguida, el árbitro pito un penal y el mismo Mbappé puso el 3 a 3, fue el preinfarto que le dio al planeta enteró en aquella última jugada en la que Emiliano ‘Dibu’ Martínez sacó esa pierna milagrosa y evitó que Francia sea bicampeón del mundo. Esta copa fue aquella tanda de penales en la cual los argentinos no fallaron ningún disparo y los franceses apenas pudieron anotar dos, mientras el ‘Dibu’ con sus bailes le hacía ver a Kilyan Mbappé que, en Sudamérica, el fútbol no es un deporte en evolución, sino una fiesta. Y, seguramente, Qatar 2022 siempre será el mundial de la revancha, de la coronación y de la justicia que la vida tuvo con aquel pibe de Rosario que nació para sufrir y también para alegrar el corazón de cada fan suyo, que no quería nada que no fuera Lio levantando la Copa del Mundo para demostrar que más allá del bien y del mal, el fútbol siempre será el deporte más lindo del universo.