Hoy que todo el mundo habla de Lionel Messi y su coronación como el máximo exponente del fútbol mundial por su consagración en Qatar 2022, es imposible no evocar la memoria del gran Diego Armando Maradona en el mundial de México 1986, una copa que marcó un antes y un después en el más bello de los deportes.
Es entonces que, luego de la partida de Pelé en México 70, vino el mundial del 74 en el cual Holanda le mostró al mundo el fútbol total de la mano de Johan Cruyff, pero la Alemania de Franz Beckenbauer se cruzó en su camino y se llevó aquel título. Lo propio ocurrió con el mundial de 1978 donde Argentina hizo respetar su localía y nuevamente le arrebató el trofeo mundial a la ‘Naranja Mecánica’, que ya no contó con Cruyff. Entre tanto, en el 82, mundial en el que debutó Maradona, los italianos se llevaron la Copa por tercera ocasión en su historia.
El mundial de D10S
El 31 de mayo arrancó uno de los mundiales más icónicos de la historia, uno que para muchos argentinos es inolvidable, por la magia del Diego y su zurda inmortal. Después de la primera ronda en la que participaron 24 equipos, en algunos grupos salieron 3 clasificados para completar los cruces de la siguiente ronda. En el primer grupo se clasificaron Argentina, Italia y Bulgaria; del segundo pasaron México, Paraguay y Bélgica; en tanto que del tercero y cuarto, Francia, Polonia, Brasil y España fueron los que avanzaron. Para completar el cuadro de los grupos E y F los clasificados fueron Marruecos, Inglaterra, Polonia, Dinamarca, Alemania y Uruguay.
Los octavos de final del torneo dejaron partidos electrizantes como aquel de México con Bulgaria, que es histórico ya que es la única vez que esta selección ha logrado avanzar a cuartos de final de un mundial. También hubo duelos ‘fratricidas’ como el de Uruguay y Argentina, en el cual Maradona fue el gran líder y quien asistió a Pasculli para anotar el único gol del partido. En otros compromisos, la Inglaterra de Gary Lineker dejó en el camino a un aguerrido equipo paraguayo. Dinamarca cayó ante España, Bélgica derrotó a la Unión Soviética, Brasil hizo lo mismo con Polonia, Francia se encargó de despachar a los campeones (Italia) y Alemania Federal batalló duro para dejar fuera a Marruecos.
Los cuartos de final enfrentaron a España y Bélgica, allí el equipo belga terminó con el sueño español de Emilio Butragueño y compañía. Mientras tanto, Francia y Brasil lo dejaron todo en los 90 minutos pero en penales la suerte le sonrío a los europeos, Platini dejaba afuera al equipo de Zico. En el otro partido, Alemania también tuvo que llegar hasta los penales para dejar fuera a los locales. Finalmente, hubo un partido que hasta hoy sigue bañado por la leyenda de Diego Armando Maradona. Se trata de aquel Argentina versus Inglaterra, el cual traía consigo una carga político y hasta bélica muy fuerte, Ambos países se habían enfrentado en una guerra por el territorio de las Islas Malvinas a inicios de los 80’s. Los argentinos sentían que era su revancha ya que muchos de sus soldados fallecieron a manos de las ofensivas británicas. Entonces llegó el día, en las gradas los hinchas de ambos países se insultaba y hasta golpes hubo. En la cancha Diego, con una mirada profunda, llena de rabia por dentro quizás. Arranca el partido y el primer tiempo termina 0 a 0, pero en el segundo tiempo Maradona se vuelve inmortal y saca a flote toda su picardía, magia y habilidad para anotar en el minuto 51 el primer gol, uno con la mano, pero que el árbitro lo dio como válido, entonces el propio Diego lo bautizó como la ‘Mano de Dios’ en alusión a que el creador del universo había hecho justicia por su cuenta contra los ingleses. Pese a la polémica, el partido continuó y vino el mejor gol de la historia para muchos, Maradona arrancó desde el sector derecho de la media cancha, apiló a cuanto jugador inglés se le cruzó por su camino, 5 en total incluido el arquero, con sus regates bailó a todos sus rivales, solo y con el arco vacío anotó, un verdadero genio o tan solo un barrilete cósmico de esos que nacen cada cierto tiempo en el fútbol. Al final, el gol inglés quedó para la anécdota, 2 a 1 y Argentina vengaba en la cancha con dos goles del ‘Diego’ aquella afrenta de las Islas Malvinas que aún estaba latente.
En la semifinal, Francia perdió ante una Alemania Federal que lo superó ampliamente. Platini y los franceses se quedaban tan cerca y tan lejos de un sueño que con los años llegaría. Por otra parte, en el partido entre Argentina y Bélgica, nuevamente apareció la mística de Maradona para anotar al 51’ y 63’ y poner a su equipo en la final. En el partido definitivo el ‘Tata’ Brown abrió la cuenta con un cabezazo a los 23 minutos, luego Jorge Valdano, el eterno filósofo del fútbol, puso la segunda a los 56. De repente una película que ahora parece más familiar que nunca, Alemania no estaba muerto y Rummenigge y Rudy Völler empataron el partido entre el minuto 73 y 80, los alargues parecían inevitables, pero esa esencia argentina de no rendirse nunca, ese potrero que llevan en la sangre como si jugaran por una Coca Cola, llevó a quien más sino que a Diego Armando Maradona a dominar un balón en la media cancha y colocar de zurda un pase filtrado para que Jorge Burruchaga tomara la pelota y frente al golero alemán definiera de forma sutil por un costado, 3 a 2 y Argentina campeón del mundo por segunda vez. Esa segunda estrella en la camiseta albiceleste que tiene el alma de Diego y quizás también un poco de esa irreverencia y rebeldía que siempre lo caracterizó cuando se ponía esa mítica 10, esa que inspiró a otro 10 como Messi, el actual rey del fútbol. Aquel título sería el ícono de un Maradona que vivirá eternamente el corazón de los hinchas y de quienes se enamoraron del fútbol a primera vista, viéndolo al Diego besar la Copa del Mundo.