En Ecuador, la oferta gastronómica ha evolucionado notablemente, y un ejemplo interesante es la creciente presencia de platillos coreanos. Este fenómeno ha sido impulsado por el impacto cultural del K-pop desde el 2012 con Gangnam Style, y las series televisivas surcoreanas, que popularizaron distintos elementos de su tradición.
La cocina de Corea del Sur se caracteriza por un balance único de sabores, donde lo dulce, salado y picante se combinan armónicamente. Además, destaca por su enfoque en ingredientes frescos como vegetales: rábano, col napa, pepino, papa dulce y brotes de soya. Así como alimentos fermentados y diversas proteínas, elementos que la convierten en una opción saludable y nutritiva.
Entre los platillos más representativos, sobresale el kimchi, una preparación milenaria que conserva vegetales mediante fermentación, famosa por sus propiedades digestivas y alto contenido en vitaminas. También es muy popular el bibimbap, un tazón de arroz con carne marinada, vegetales variados, huevo y gochujang, una salsa de aji fermentado.
Otro ejemplo icónico es el bulgogi, carne de res marinada en salsa de soya, azúcar, ajo y sésamo, mientras que el tteokbokki, a base de pasteles de arroz en salsa dulce y picante, es muy apreciado por su sabor intenso.
El pollo frito coreano destaca por su doble fritura, que le da una textura especial y se acompaña de salsas únicas como la yangnyeom, una mezcla de gochujang, azúcar y ajo. Por su parte, el soju, la bebida alcohólica emblemática del país está elaborada a base de arroz y es el complemento ideal para estas comidas.
Más allá de una moda gastronómica, esta tendencia representa un intercambio cultural significativo. La curiosidad del público ecuatoriano ha acogido con entusiasmo estas recetas, que no solo resaltan por sus sabores, sino también por el valor cultural que traen consigo, creando un puente entre ambas sociedades.