El pie equinovaro es una anomalía congénita en la que uno o ambos pies del bebé están torcidos, ya sea hacia el costado o hacia afuera. Es un defecto de nacimiento y la deformidad puede corregirse, en la mayoría de los casos, con el tratamiento adecuado.
Los pequeños que tienen esta enfermedad presentan los siguientes síntomas: la extremidad afectada puede ser ligeramente más corta y los músculos de la pantorrilla generalmente están poco desarrollados. Además, es posible que esté tan torcido que se vea como si el pie estuviera al revés.
Según expertos, 200.000 niños nacen con pie equinovaro a nivel mundial y, en Ecuador, cerca de 450 infantes vienen al mundo con este padecimiento. Si no es tratado a tiempo puede generar una condición discapacitante. Se desconoce la causa de la enfermedad, pero puede ser posicional, ambiental, genética o una combinación de todos esos factores.
Por tal motivo, en Quito, se desarrolló el “Segundo curso Latinoamericano de ACT, Entrenando a Entrenadores”, el cual estuvo dirigido a médicos y fisioterapeutas. El evento fue organizado por Miraclefeet y la fundación Hermano Miguel, que juntos han ayudado a alrededor de 650 niños a erradicar la discapacidad que genera esta afección.
El objetivo del curso fue fortalecer la capacidad de tratamiento y entrenamiento para la enfermedad en América Latina utilizando el método Ponseti, mediante la aplicación de los materiales del África Clubfoot Training (ACT). El tratamiento Ponseti es un procedimiento no quirúrgico que incluye la manipulación suave de los pies, seguido de la aplicación de yesos y una férula de uso temporal.
La capacitación contó con la presencia de profesionales de Ecuador, Honduras, Paraguay, Guatemala y Perú. Las charlas se enfocaron en enriquecer los conocimientos de los especialistas y brindarles herramientas que puedan implementar en las clínicas de sus países y, así, mejorar la calidad de vida de los pacientes.
