En primer lugar, gracias a la ideóloga de esta revista, en la cual encontrará de todo como en botica, doña Mabell Maldonado. (Ya voy cepillando, de entrada).
Y sin gastar más palabras, entremos con “chalaca” a la fregadera con jota.
Una verdadera fanesca “corrupteril” es la que vive el paisito, nadie entiende de dónde sale tanta corrupción. Usted alza una piedra en algún sitio que esté lejísimos y ahí huele feo.
Y la papa caliente se lanzan del uno al otro: “Songo le dio a Borondongo, de Tin Marín de Do Pingüé, cónchale vale pinche wey”. Los de la Asamblea son ciegos, sordos, mudos, cojos y otros etcéteras, teniendo hospitales propios dónde curarse. Los del “Ministerio de las Insalubridades” no dan pie con bola, carnés de discapacidad para campeones de karate, pateadores de las pelotas y muchos más.
Cortesía: Bonil
Y se me escapan por ahora “los Bucarames” y otras historias en las que tendríamos que poner como cuatro revistas en línea para “chamullar”. Mientras tanto acostúmbrese a escuchar la frase de cajón cuando los pillan con las manos en los millones logrados con el sudor de su frente y olores de sus sobacos: ¡YO NO FUI!