De acuerdo con la ONU, aproximadamente 8 millones de toneladas de plástico terminan en el mar cada año. Y, en Latinoamérica, solo el 4.5% de desechos municipales son reciclados según datos de Statista. El Día Mundial de la Educación Ambiental, conmemorado hace poco, es una ocasión para tomar conciencia de esta realidad.
Nuestros hábitos personales juegan un rol importante en la protección y recuperación del ambiente. Otro actor importante son las empresas que, al tener un mayor alcance, pueden coordinar acciones a gran escala y reducir significativamente la contaminación.
Es necesario repensar el modelo de consumo lineal que seguimos. La mayoría de los productos están diseñados para usarse y desecharse, pero ¿qué pasaría si decidiésemos darles un segundo uso? Esto se llama modelo circular y plantea gestionar ecológicamente aquello que se considera basura.

En este sentido, empresas como Essity implementan cadenas de producción sostenibles con un profundo compromiso con la naturaleza. Estas acciones son una invitación abierta de adoptar un rol participativo e incentivar un uso responsable, eficiente y consciente de nuestros recursos. Todos podemos sumarnos a la responsabilidad de cuidar de nuestro planeta y generar un cambio.