DONDE FLORECE LA ESPERANZA

DONDE FLORECE LA ESPERANZA

En lo profundo del Chocó Andino ecuatoriano, una comunidad volvió a sembrar vida y algo más. En San José de Mashpi, cerca de 300 magnolias endémicas encontraron su nuevo hogar gracias a una jornada de voluntariado ambiental que unió a estudiantes, familias, científicos, artistas y colaboradores en torno al bosque nublado.

El encuentro, impulsado por Mashpi Lodge y Metropolitan Touring, no solo plantó árboles sino que sembró vínculos, saberes y futuro. Niñas y niños aprendieron sobre botánica, ilustraron su entorno natural y hasta pintaron un mural con la artista Carolina Vallejo como símbolo del vínculo entre comunidad y bosque. La jornada cerró con una tradicional pambamesa, celebrando la conexión y la gratitud compartida.

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Entre los momentos más emotivos, se reconoció a José Napa y Darwin Chalá, dos guardianes del bosque que transformaron su historia personal para convertirse en referentes de conservación.

“La Magnolia mashpi no solo es una joya botánica, es un símbolo de lo que aún estamos a tiempo de proteger”, reflexionó Mateo Roldán, director de investigación de Mashpi Lodge.

Una historia de raíces profundas que recuerda que, cuando se cuida del bosque, florece también el bienestar colectivo.
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