Esta edición se realizará en el Centro de Convenciones Quorum del Paseo San Francisco, Cumbayá, en Quito; del 02 al 04 de junio, de 10h00 a 19h00. Será un espacio de emprendimientos (50 stands), conferencias, catas, educación, tradición y sorpresas al que toda la familia puede acceder, comprando entradas con un valor de USD 4 para adultos y USD 2 para niños, adultos mayores y personas con discapacidad.
No podremos dejar de visitar el Museo de Cacao Ecuatoriano, un gran montaje donde se describirá toda la historia y derivados de este maravilloso fruto. Además, se desarrollarán concursos: ‘Mejor Taza de Chocolate Caliente’, ‘La Taza Mejor Servida’ (de Café); y la segunda edición del ‘Ecuador en un Bombón’, que premiará al mejor bombón de chocolate.
Seguro ya se les está haciendo agua la boca pero, más allá del delicioso sabor, es necesario destacar la importancia de la industria cacaotera: Ecuador ocupa el tercer lugar entre los principales productores del mundo; en 2020, el cacao representó el 4,8% de las exportaciones totales de bienes no petroleros del país. Estos son algunos de los datos relevantes que compartieron quienes promueven el evento en la rueda de prensa de lanzamiento.
La Cámara de Comercio e Industrias Franco Ecuatoriana (CCIFEC) organiza esta feria chocolatera, la más grande del país y una de las exhibiciones de mayor trascendencia en Sudamérica. Este año se unen, como coorganizadores, el GAD de Pichincha y de Manabí. Y es que, como explicó Alexandro Tonello, viceprefecto de Pichincha, es necesario impulsar el trabajo agrícola y dignificar las labores de la ruralidad. Es por eso que, desarrollan un Centro de Valor Agregado en Puerto Quito, toda una experiencia productiva que genere fuentes de ingreso y justicia social.
Grandes ejemplos de emprendimientos con sello ecuatoriano que triunfan nacional e internacionalmente avalan y estarán presentes en el evento: República del Cacao y Paccari Chocolates. Simón Pérez y Santiago Peralta, representantes de ambas marcas respectivamente, recuerdan la importancia de valorar lo nuestro y se muestran abiertos a apoyar a nuevos emprendedores que pretendan hacer del cacao la herramienta para alcanzar sus sueños. “No hay que bajar el precio, sino aumentar el valor”, afirma Pérez a modo de consejo para todos ellos.
Toda una experiencia organoléptica (que se percibe con todos los sentidos) que debemos aprovechar y sentirnos orgullosos de decir que podemos vivirla, de una forma sinigual, solo en nuestro maravilloso país.
