La remodelación fue posible gracias al apoyo de una organización alemana, pero el 50% del costo fue asumido por la Fundación Hermano Miguel, que tiene el gran desafío de conseguir recursos para poder financiar el acceso a ortesis y prótesis para personas en situación de vulnerabilidad de todo el país. La ayuda es realmente necesaria pues una prótesis puede costar entre 3000 y 7000 dólares.
La gente que trabaja en el lugar es realmente optimista; quieren seguir ayudando por lo que, en unos meses, esperan abrir una clínica del pie diabético que brinde atención integral preventiva, que cuide úlceras y heridas para evitar amputaciones.
En el lugar, pude experimentar el uso de una prótesis. Los especialistas me la colocaron, doblé la pierna, haciendo parecer que la parte inferior de ésta no existía. Es bastante complicado caminar con un aparato externo del cual no se siente más que su peso. La sensación de autocontrol disminuye al intentar dar cada paso. Mi admiración total hacia quienes viven con una prótesis. En nuestras redes sociales encuentran imágenes de esta experiencia.
Pueden conocer más sobre la Fundación Hermano Miguel en www.fhmecuador.org. Ahora, les invito a descubrir la labor que realiza y los desafíos a los que se enfrentan las personas que requieren una prótesis y quienes las ayudan.
